Suena en el despertador la canción “un nuevo día brillará”. Remolona, me doy media vuelta y aprovecho un par de minutos más. “Hasta que acabe la canción”, pienso.
Luego me levanto y, con parsimonia me dirijo a la ventana para descubrir un día que, también lento y perezoso, comienza a despertar. Promete ser soleado.
A tientas y sigilosamente entro en su habitación, aún a oscuras. Después, la tenue luz del día, aún virgen, es suficiente para descubrirme una habitación un tanto desordenada.
Él se esconde bajo las sábanas buscando el calorcito que su propio cuerpo ha dejado allí, y abrazado a su oso balbucea algo ininteligible.
Yo me siento en su cama para comenzar el ritual.
-Bon día, Angelet-, le susurro al oído a la vez que rozo con mi mejilla su piel de suavidad infantil. Él se revuelve quejoso. Comienzo a besuquearle pasando por todos los rincones de su dulce carita. Él me deja hacer y una leve y relajada sonrisa asoma en su gesto.
Ahora, sin hablar, sé que reclama más, y yo acaricio su espalda como si fuera a desaparecer en cualquier momento si no tengo cuidado, muy suavemente, y noto como su piel reacciona a mi tacto casi inapreciable.
Por fin, se gira hacia mí y me abraza y me besa tiernamente correspondiendo a mis atenciones, y me dice: -Mmmmm, hueles a mami-.
Buenos días mi Amor.
Luego me levanto y, con parsimonia me dirijo a la ventana para descubrir un día que, también lento y perezoso, comienza a despertar. Promete ser soleado.
A tientas y sigilosamente entro en su habitación, aún a oscuras. Después, la tenue luz del día, aún virgen, es suficiente para descubrirme una habitación un tanto desordenada.
Él se esconde bajo las sábanas buscando el calorcito que su propio cuerpo ha dejado allí, y abrazado a su oso balbucea algo ininteligible.
Yo me siento en su cama para comenzar el ritual.
-Bon día, Angelet-, le susurro al oído a la vez que rozo con mi mejilla su piel de suavidad infantil. Él se revuelve quejoso. Comienzo a besuquearle pasando por todos los rincones de su dulce carita. Él me deja hacer y una leve y relajada sonrisa asoma en su gesto.
Ahora, sin hablar, sé que reclama más, y yo acaricio su espalda como si fuera a desaparecer en cualquier momento si no tengo cuidado, muy suavemente, y noto como su piel reacciona a mi tacto casi inapreciable.
Por fin, se gira hacia mí y me abraza y me besa tiernamente correspondiendo a mis atenciones, y me dice: -Mmmmm, hueles a mami-.
Buenos días mi Amor.
24 comentarios:
Hola Emma y mil gracias por pasarte por nuestro blog y avisarnos de que el enlace al concurso no funciona. Pero sigo sin saber como ubicarlo. ¿Podrías echarme una mano?.
Gracias y precioso este post (las que somos madres podemos entender este amor que no entiende de egoismos).
Besazos.
Arwen
Hola de nuevo Emma...ja,ja,ja...ya me he aclarado con la url...gracias de verdad
Feliz dia
Ummmmm, hasta aquí me ha llegado ese dulce olor que desprende el cariño.
Vive con intensidad esos bellos despertares, eres afortunada por poder hacerlo.
Un beso.
ayyyyyyy... que recuerdos de cuando mi hermana era pequeñita y yo la sacaba de la cama x las mañanas de la misma forma k tú ^^
Hola Arwen !!
Me alegro que lo hayáis podido solucionar, ya lo comprobé y os dejé mi comentario ;)
El amor de una madre sólo entiende de buenos sentimientos, y al transmitirlos fortalecemos la seguridad de los hijos en sí mismos.
Pedro, ¿sabes lo que me apena? pensar que con el tiempo, cuando pierdan esta ingenuidad infantil, ya no será lo mismo.
Aunque el peque dice que siempre estará conmigo y me cuidará cuando sea viejecita.... :)
Besotes.
Hola Luismi, entonces ya sabes de qué hablo ;)
Ummmmmmmmmmm
HERMOSISISISISIMO.
GRACIAS POR HACERME RECORDAR LO QUE SENTI CUANDO ERA NIÑO,JODIA.
EXTRAÑAMENTE SOY MONO Y SAGITARIO.
GRACAS POR ESCRIBIR.
Hola Hatoros !!
Me alegro de que por un momentos volvieras a rememorar aquellos días ;)
La felicidad son esos pequeños momentos......
Abrazos.
Y gracias a tí por leerme.
Lejos quedan para mi esos tiempos cuando mis hijos eran aún pequeños, pero que me vienen a la memoria y me traen gratos recuerdos...
Y es que además lo describes de una forma que casi me has hecho estar ahí :)
Besos
Hola Európides, qué hermoso es para mí ver que a vuestra memoria y a vuestro corazón vuelven recuerdos como este, que todos los padres guardaremos como un gran tesoro.
Besotes ;)
Así como lo describes es mi último año, lo que pasa es que a mi todavía no me habla, pero cuando le digo Buenos días, esa sonrisa con la que me recibe es el mejor regalo, un rayo de sol entra en mi corazón y ya cualquier cosa parece menos importante verdad?
Precioso Emma, me ha encantado.
Besotes.
Los mejores sentimientos y recuerdos de la mano de una madre, que nunca se olvidan y siempre acompañan en la vida.
Los pequeños detalles cuentan. Las personas que valoran esos detalles, como tú, Emma, cuentan siempre y quedan en el corazón.
Gracias por recordarnos lo que, de verdad, cuenta en la vida.
Besos.
Tinika, las madres entendemos perfectamente a nuestros hijos aunque no hayan a prendido a hablar o por su corta edad no sepan expresarse. Es un don que tenemos ;)
Besos.
Hola Jim, ¿en quien mejor que en nuestros hijos podemos arrojar todo el Amor que llevamos dentro? quizá sólo en nosotros mismos.
P.D.: Ya veo que no te olvidas de mi y te pasas por "mi sitio especial" de vez en cuando. Gracias.
Un besazo.
Y que la gente ande buscando una utópica felicidad sobrenatural...
Y que no sepan ver que la verdadera felicidad son justamente estos momentos, estos recuerdos, estas sensaciones...
Entro para saludarte, felicitarte por ser la bloggera feliz y apuntarme a este magnífico blog, claro, jaja
Salu3
Pues sí Janton, es mucho más sencillo de lo que algunos creen, lo que pasa es que creo que muchos no saben buscar. Otros tienen el corazón tan frío que el Amor no puede penetrar en él.
Y otros tienen miedo de mostrar lo que sienten porque piensan que es signo de debilidad.
Peor para todos ellos.
Un abrazo.
Hola BoliBic, gracias por tu visita, por seguirme y por tu felicitación.
Creo que hoy, contigo, ya cubrí el cupo de dar las gracias. jejejej ;)
Saluditooooos.
¡Qué ternura desprende tu relato! ¡Qué bonito poder compartir con tu hijo esos momentos! Atesóralos en tus recuerdos. Es precioso recordarlos cuando crezca. Un abrazo.
Y para él seguro que también serán recuerdos inolvidables Beatriz.
^-^
Abrazos.
Despertar a nuestros ángeles abrazados a sus ositos es una sensación rutinaria maravillosa, lo que ocurre es que a veces nuestros ángeles tienen mal despertar, jajajajjaajja y sale una bufando de la habitación. Besos niña
El relato es precioso.
No hay nada comparable a la experiencia del abrazo de tus hijos, bueno, el de los nietos, porque las pocas veces que tengo la suerte de estar con la mia, acercarme al depertarse y abrazarla, me llenan de ternura.
Es una pena cuando van creciendo, por mi siempre los hubiera conservado chiquitines.
El relato es precioso.
No hay nada comparable a la experiencia del abrazo de tus hijos, bueno, el de los nietos, porque las pocas veces que tengo la suerte de estar con la mia, acercarme al depertarse y abrazarla, me llenan de ternura.
Es una pena cuando van creciendo, por mi siempre los hubiera conservado chiquitines.
Por un momento me has recordado alguna mañana de sábado o de domingo que mi madre venía a despertarme, cuando era un crío.
No hay nada que reemplace o se parezca de lejos a esos recuerdos...
Gracias Enma por pasarte por nuestro blog y por seguirnos.
Un abrazote!
Arwen
Días de esos también hay Ginebra, es verdad, jejeje. No todo es siempre de color rosa ¿no?
Besitos.
Hijos, nietos o sobrinos, los niños son unas personitas fantásticas que siempre nos dan lo mejor de ellos.
Un abrazo Chary.
... recuerdos infantiles que nos acompañan toda la vida...
Gracias por tu visita José, un abrazo.
Arwen, es todo un placer.
Besitos.
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